martes, 21 de octubre de 2008

UN POCO DE HISTORIA, POR FAVOR...


La historia, más precisamente la información histórica, es vital a la hora de la correcta toma de decisiones. Lo es también para tener un criterio que nos pueda acercar con mayor objetividad a la realidad y así evaluar con conocimiento los acontecimientos políticos.

Es llamativo, que por el tema de la reestatización de las AFJP, los medios de comunicación no hayan recurrido en ningún momento a situarlo, no sólo en el contexto financiero actual, sino al devenir que fue teniendo todo lo que significaba patrimonio estatal o sea el patrimonio del pueblo, durante las décadas infames.

La historia nos muestra inapelablemente la relación entre el debilitamiento del Estado y la desprotección social, entre la que se encuentra la situación de nuestros jubilados, condenados a la miseria durante más de 25 años.

El momento amerita recordar algunos datos históricos:

- Ya desde la época de Martínez de Hoz el Estado fue sujeto de desmantelamiento y desacreditación, necesaria ésta última para servir de fundamento a los privatizadores y “comunicadores sociales ad-hoc”.

- A partir de 1994 (Primera dinastía Mingo) se transfirieron diez cajas jubilatorias provinciales -todas deficitarias- al sistema nacional. Por esas transferencias, el Estado Nacional sumó un déficit de 2.000 millones anuales, de aquel entonces.

- A partir de julio de 1994 (misma dinastía) el Estado dejó de recibir los aportes patronales de los trabajadores que se pasaron a las AFJP. Actualmente, las AFJP promedian una recaudación mensual que supera los 1.000 millones de pesos.. 33 mil personas que integran el sector pasivo y que están afiliadas a las AFJP reciben la totalidad de su haber por parte del Estado debido a que sus aportes ya no existen más; 220 mil reciben la mitad; y para otras 100 mil una parte del haber es estatal; apenas 23%, es decir, 103 mil jubilados, cobran todo su haber de la AFJP.

- Esos aportes hoy significan 12.000 millones anuales. Entre julio de 1994 y principios de este año, las AFJP recaudaron alrededor de 40.000 millones de pesos que, sin la reforma, hubieran ido a la ANSES. (Cavallo, siempre te estaremos agradecidos)

- Sólo el 1,5% de los fondos de las Administradoras está en acciones de empresas argentinas, lo demás se vuelca a la timba financiera.

- En 1994, Cavallo redujo los aportes patronales. Luego Roque Fernández los siguió bajando. Ambos ministros apostaron a que esa reducción ayudara al “blanqueo laboral” y a que las empresas tomaran más gente. Ninguna de esas dos hipótesis se cumplió. Casi todo el aumento de la ocupación fue “en negro”. Esa medida significó uno de los mayores subsidios estatales a empresas privadas de la historia argentina: en diez años, las compañías -de la industria y el agro- se quedaron con 34.424 millones de pesos.

Según datos de la ANSES, si no se hubiese aplicado esa rebaja entre 1994 y el 2004 el Estado hubiera tenido una recaudación adicional de 65.000 millones de pesos.

- 10.000 millones de pesos se apropiaron las AFJP en comisiones.

De lo que queda, apenas un tercio del total, va a parar a las cuentas de los afiliados al sistema de capitalización y futuros jubilados.

Dolorosamente es así, todo el esfuerzo recaudatorio y la venta de patrimonio del Estado (de propiedad exclusiva del Pueblo Argentino) fue drenado por mecanismos perversos a la sombra de la globalización de las operatorias financieras internacionales, contrayendo además 100.000 millones de deuda externa. A la vista están los resultados de la privatización de las empresas rentables del Estado y del sistema previsional

Con estos fondos en manos del Estado, las cuentas previsionales del sector público hubieran tendido al equilibrio, se hubiera podido garantizar jubilaciones dignas y también su movilidad.

El dogma del Mercado entró en contradicción, los países poderosos del mundo salen a salvar las malas gestiones de los operadores de la timba global, aquellos que daban cátedra de cómo manejar las finanzas de un país y hasta califican el riesgo de las naciones emergentes.

En este contexto, es auspicioso que en nuestro país el Estado salga a salvar el sistema previsional, o sea a los actuales y futuros jubilados. Es lo que corresponde, es lo que objetivamente vemos que se está haciendo.

Siempre tenemos la posibilidad de construir en el presente una historia mejor...


Fernando Gracián Triviño
Villa Luro, 21 de octubre de 2008
Argentina

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