jueves, 25 de diciembre de 2008

VUELO DE AYUDA HUMANITARIA ARGENTINA ANTE LA CRISIS DE LOS "PAÍSES CENTRALES"


El charter regenteado por el F.M.I. con la comitiva para salvar al Norte,que algunos círculos dieron en llamar "El Vuelo Fantasma", cuenta con los mejores asesores políticos y económicos de los "años dorados argentinos". El grupo se mostró emocionado ante tanta gente que lo fue a despedir al Aeropuerto agitando pañuelos al viento y portando estandartes con la frase:
"Go Home Charly Boys Go Home... y no vuelvan nunca más ".

lunes, 15 de diciembre de 2008

A propósito del fusilamiento de Dorrego...


EL TERROR, ARMA POLÍTICA

Fragmento del libro "Rosas: Nuestro contemporáneo" del gran José María Rosa

Muchas veces se usó el terror -y la imputación de terror- como arma política, tanto en la historia universal como en la nuestra. La vemos en el Plano de Operaciones de Moreno corroborado por las instrucciones de su puño y letra a Castelli que están en el Archivo Nacional; la usó Bolívar en su "guerra a muerte" de 1813; la desenterraron los unitarios en la revolución de diciembre de 1828, que hemos visto con anterioridad. Ni Moreno, Castelli, Bolívar, Lavalle o Paz eran seres sanguinarios; tampoco lo fue Mitre que mandó sus divisiones en 1861 a apoderarse a sangre y fuego del interior, ni Sarmiento que le aconsejaba "no ahorrar sangre de gauchos; es un abono que debemos hacer útil al país" (carta de 20-9-61 en Archivo Mitre, t. IX, p. 306).

¿Por quiénes y con que fin se desató el terror en nuestra historia? Dejemos de lado los tiempos de Moreno para reducirnos a las guerras civiles. No hay terror -a pesar de las afirmaciones de Mitre y Vicente Fidel López- en las luches de Artigas contra el Directorio: sólo "guerras" con sus inevitable consecuencias durante el año 20. Tenemos que llegar a los colombianos de López Matute, en 1826, para toparnos con saqueos, degüellos, violaciones e incendios. Los colombianos eran un regimiento de llaneros venezolanos (Venezuela pertenecía a la Gran Colombia en aquel entonces), que después de desertar de las filas de Sucre fueron contratados por Rivadavia para integrar el ejército presidencial que sostendría su política en el interior. Resultaron tan horrorosas sus depredaciones, que acuñaron el epíteto salvajes unitarios usado desde entonces. Pero no le echemos la culpa a Rivadavia ni a Lamadrid (jefe del ejército presidencial) -que en sus "Memorias" se horroriza de lo que hacían los suyos, y confiesa no poder controlarlos-, ni atribuyamos a este terror el propósito político de amedrentar o exterminar la inmensa mayoría federal. Los colombianos eran mercenarios y estaban lejos de su tierra: hacían lo de todos los mercenarios cuando se encuentran en el extranjero y gozan de impunidad. Claro es que el terror engendra el terror y no debemos extrañar que Quiroga con sus gauchos no dejase un solo colombiano con vida.

Tal vez por la eficacia que tuvo el terror de los colombianos en las guerras de la presidencia, los unitarios lo restablecieron, fría y deliberadamente, como arma política en su revolución de diciembre de 1828. Comprendemos (sin disculparnos por eso) que se trataba de una minoría que debía imponerse a una mayoría; la sola posibilidad era por la fuerza y con el miedo. De allí que personas cultas, y descarto que bondadosas, como los clérigos Valentín Gómez y Julián Segundo de Agüero, el poeta Juan Cruz Varela, el financista Salvador María del Carril, se nos presenten sanguinarios e implacables; "Este país se fatiga 18 años hace, en revoluciones sin que una sola haya producido un escarmiento..., una revolución es un juego de azar donde se gana la vida de los vencidos" escribe Carril a Lavalle aconsejando el fusilamiento de Dorrego.

Varela piensa lo mismo: en El Pampero escribe que "Lavalle debiera degollar a cuatro mil". He recordado antes la locura homicida que se apoderó de los más dignos unitarios en esos trágicos años 1828 y 1829 (las cartas de Carril han sido publicadas por A. J. Carranza en su libro "El general Lavalle ante la justicia póstuma").
El terror es imprescindible para que una minoría pueda imponerse a una mayoría. En ese concepto, diremos político, lo usaron los unitarios en 1828 y 1829, y los volvieron a emplear -con el pobre Lavalle otra vez de instrumento- en la trágica Expedición Libertadora de 1839 a 1841. Es comprensible: un puñado de mercenarios repudiados por el pueblo entero sólo pedía accionar por el miedo que inspiraban:
"Se engañarán los bárbaros si en su desesperación imploran nuestra clemencia -dice la proclama de Lavalle a los correntinos en 1839-. Es preciso degollarlos a todos... Muerte, muerte sin piedad"; en otra del 29 de noviembre de 1839 a sus tropas:
"Derramad a torrentes la inhumana sangre, para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión". Mataba y hacía matar sin compasión a quienes no se incorporaban a sus filas... ¿Vesania? ¡No! Política, tal como la entienden los grupos minoritarios. Como su esposa se asustó al leer en Montevideo esas cosas, Lavalle le explicará: "La proclama me dio 2.000 hombres y llenó de terror al enemigo. Tú no puedes hacerte de esto un juicio exacto porque estás muy lejos de aquí". Cuando el mismo procedimiento no le dio resultado en la campaña de Buenos Aires, escribe a su esposa: "No te hagas ilusiones sobre los triunfos de este ejército. No hace conquistas sino entre la gente que habla; la que no habla y pelea nos es contraria y nos hostiliza como puede. Este es el secreto origen de tantas y tan engañosas ilusiones sobre el poder de Rosas, que nadie conoce hoy como yo". Como su esposa temiera por su vida "en medio de territorios sublevados o indiferentes, sin base, sin punto de apoyo", Lavalle le da confianza: "En estas tierras de mier... no hay quien me mate gracias al terror que inspiramos", (Las cartas de Lavalle a su esposa han sido publicadas por G. F. Rodríguez en su valiosa Contribución histórica y documental Bs. Aires, 1922. Están en el Archivo Nacional).


martes, 21 de octubre de 2008

UN POCO DE HISTORIA, POR FAVOR...


La historia, más precisamente la información histórica, es vital a la hora de la correcta toma de decisiones. Lo es también para tener un criterio que nos pueda acercar con mayor objetividad a la realidad y así evaluar con conocimiento los acontecimientos políticos.

Es llamativo, que por el tema de la reestatización de las AFJP, los medios de comunicación no hayan recurrido en ningún momento a situarlo, no sólo en el contexto financiero actual, sino al devenir que fue teniendo todo lo que significaba patrimonio estatal o sea el patrimonio del pueblo, durante las décadas infames.

La historia nos muestra inapelablemente la relación entre el debilitamiento del Estado y la desprotección social, entre la que se encuentra la situación de nuestros jubilados, condenados a la miseria durante más de 25 años.

El momento amerita recordar algunos datos históricos:

- Ya desde la época de Martínez de Hoz el Estado fue sujeto de desmantelamiento y desacreditación, necesaria ésta última para servir de fundamento a los privatizadores y “comunicadores sociales ad-hoc”.

- A partir de 1994 (Primera dinastía Mingo) se transfirieron diez cajas jubilatorias provinciales -todas deficitarias- al sistema nacional. Por esas transferencias, el Estado Nacional sumó un déficit de 2.000 millones anuales, de aquel entonces.

- A partir de julio de 1994 (misma dinastía) el Estado dejó de recibir los aportes patronales de los trabajadores que se pasaron a las AFJP. Actualmente, las AFJP promedian una recaudación mensual que supera los 1.000 millones de pesos.. 33 mil personas que integran el sector pasivo y que están afiliadas a las AFJP reciben la totalidad de su haber por parte del Estado debido a que sus aportes ya no existen más; 220 mil reciben la mitad; y para otras 100 mil una parte del haber es estatal; apenas 23%, es decir, 103 mil jubilados, cobran todo su haber de la AFJP.

- Esos aportes hoy significan 12.000 millones anuales. Entre julio de 1994 y principios de este año, las AFJP recaudaron alrededor de 40.000 millones de pesos que, sin la reforma, hubieran ido a la ANSES. (Cavallo, siempre te estaremos agradecidos)

- Sólo el 1,5% de los fondos de las Administradoras está en acciones de empresas argentinas, lo demás se vuelca a la timba financiera.

- En 1994, Cavallo redujo los aportes patronales. Luego Roque Fernández los siguió bajando. Ambos ministros apostaron a que esa reducción ayudara al “blanqueo laboral” y a que las empresas tomaran más gente. Ninguna de esas dos hipótesis se cumplió. Casi todo el aumento de la ocupación fue “en negro”. Esa medida significó uno de los mayores subsidios estatales a empresas privadas de la historia argentina: en diez años, las compañías -de la industria y el agro- se quedaron con 34.424 millones de pesos.

Según datos de la ANSES, si no se hubiese aplicado esa rebaja entre 1994 y el 2004 el Estado hubiera tenido una recaudación adicional de 65.000 millones de pesos.

- 10.000 millones de pesos se apropiaron las AFJP en comisiones.

De lo que queda, apenas un tercio del total, va a parar a las cuentas de los afiliados al sistema de capitalización y futuros jubilados.

Dolorosamente es así, todo el esfuerzo recaudatorio y la venta de patrimonio del Estado (de propiedad exclusiva del Pueblo Argentino) fue drenado por mecanismos perversos a la sombra de la globalización de las operatorias financieras internacionales, contrayendo además 100.000 millones de deuda externa. A la vista están los resultados de la privatización de las empresas rentables del Estado y del sistema previsional

Con estos fondos en manos del Estado, las cuentas previsionales del sector público hubieran tendido al equilibrio, se hubiera podido garantizar jubilaciones dignas y también su movilidad.

El dogma del Mercado entró en contradicción, los países poderosos del mundo salen a salvar las malas gestiones de los operadores de la timba global, aquellos que daban cátedra de cómo manejar las finanzas de un país y hasta califican el riesgo de las naciones emergentes.

En este contexto, es auspicioso que en nuestro país el Estado salga a salvar el sistema previsional, o sea a los actuales y futuros jubilados. Es lo que corresponde, es lo que objetivamente vemos que se está haciendo.

Siempre tenemos la posibilidad de construir en el presente una historia mejor...


Fernando Gracián Triviño
Villa Luro, 21 de octubre de 2008
Argentina

domingo, 7 de septiembre de 2008

INFORME SOBRE TRABAJO INFANTIL

La problemática del trabajo infantil se ha incrementado en la última década en forma alarmante en Argentina: más de 1.500.000 niñas y niños menores de 15 años se encuentran en situación de trabajo.
Los nuevos riesgos emergentes, producto del ambiente insalubre, repercuten sobre la calidad de vida del niño exponiéndolo en los períodos de desarrollo.
Toda situación de trabajo en períodos tempranos de la vida constituye una amenaza, en tanto incide siempre como factor adverso sobre la salud del niño y el posterior desarrollo total de sus capacidades como adulto.
En Latinoamérica, los principales sectores en los que se da el trabajo infantil son el sector agrícola (agro tóxicos), minería, niños que viven y buscan materiales en los basurales y los niños que trabajan en las calles de las grandes ciudades y están expuestos a contaminantes aéreos y accidentes de tránsito.

Fuente: Asociación Argentina de Médicos por el Medioambiente – www.aamma.gov.ar

viernes, 29 de agosto de 2008

Esos raros peinados nuevos

Viernes por la noche, después de casi dos horas de súplica a mis viejos para poder salir con mis amigos, con 19 años recién cumplidos me someto a escuchar una larga lista de recomendaciones antes de salir. Luego del ok, corro a prepararme.

Revolviendo la ropa, buscando con qué vestirme, viendo de qué forma peinarme, cruzo frente al espejo y sin darme cuenta me quedé observándome. Era mi reflejo lo que trataba de distinguir, y es que hoy ya no se como me veo. Sorprendida por lo que me pasaba, una serie de interrogantes invadieron mi mente. Apurada por salir dejé todos mis mambos cerebrales y después de despedirme de los viejos, partí hacia una noche de diversión con mis amigos.

Subo al colectivo y me siento en el centro, tal vez haya sido la ubicación lo que me hizo sentir nuevamente rara, y otra vez la invasión de interrogantes sin respuestas comenzaron a ocupar mi cabeza. Observando en rededor, me encontraba viajando con todos jóvenes de más o menos la misma edad que la mía, algunos adolescentes. La mayoría en grupitos separados, igual peinado, igual vestimenta, pero separados al fin.

Entre tanta variedad de estilos de ropas o peinados, mentalmente hacía un recorrido por mi cuerpo haciendo una revisión de lo que me había puesto. Yo no llevaba flequillo al costado, no vestía todo de negro como muchos de ellos, ni tampoco de múltiples colores, no llevaba tachas, ni pirsing, sin cicatrices intencionales, ni maquillajes extravagantes.

Luego del viaje finalmente me encuentro con mis amigos, los que visten como yo y hasta, tal vez piensen como yo.

La noche transcurrió y a la vuelta observaba a aquellos jóvenes y a los no tanto que al igual que yo, regresaban a sus lugares. El fin de todos era el mismo, seguramente llegar y tirarse en alguna cama, la diferencia entre unos y otros ya no estaba marcada sólo en los peinados o vestimenta, sino en el estado en que volvían. Ojos rojos, caras pálidas, aroma de diversos alcoholes, mareos, caídas, descomposturas, etc. En ese momento entendí las recomendaciones de los viejos, pero aún así, los interrogantes en mi cabeza siguen bailando.

La semana comienza con el debate en el seno de mi familia (numerosa por cierto) sobre un artículo aparecido en una revista, in titulado “Las tribus urbanas” donde se trata de explicar las formas de vestir, peinar y hasta la diferencia que separa a las distintas “tribus” de jóvenes y adolescentes. A mi modesto entender esta gente no entiende nada. Por un lado algunos los denominan “fenómenos”, creo, un modo, como mínimo despectivo, por no decir racista. Otros más simplistas, dicen que es sólo una moda, y los expertos sociólogos y analistas sostienen que es el temor que siente el joven o adolescente a tener que dejar su familia y pasar a ingresar a la sociedad, y así, dependiendo del punto de vista del “adulto” la opinión que se vierta.

Y después de leer este artículo comienzo a encontrar las respuestas que rondan en mi cabeza. Con mis modestos 19 años, creo que los adultos antes de buscar respuestas en las actitudes de los adolescentes, tendrían que dar explicaciones de sus actitudes y comportamiento como parte integrante de esta sociedad en la que vivimos.

Cuestionan nuestra forma de vestir y peinarnos, y no se dan cuentan que sólo consumimos lo que nos venden. Afirman que tememos ingresar a la sociedad y dejar nuestras vidas de “privilegiados”, y yo me pregunto ¿Cómo no temer? ¿Acaso la sociedad no se teme a sí misma? ¿Cómo no vestir de luto? ¿Acaso no vivimos en una sociedad muerta? Para aquel que no entiende la actitud de los jóvenes y adolescentes, tendría que primero mirarse a sí mismo y tratar de explicar cual es su actitud como adulto en la sociedad.

¿Cómo pretender que aquel que está dando sus primeros pasos no busque alternativas al camino que nos muestran los adultos? Ese camino que nos muestran los adultos, los jóvenes lo vemos como un pantano lleno de bosta, que al dar unos pequeños pasos te hundís y te llenas de mierda. Entonces, a quién tendríamos que pedir ayuda, si el que tendría que marcar el paso, es el más equivocado. Cómo no darse vuelta y mostrar la espalda, si lo único que se ve es violencia, robos, muertes, pedofilia, discriminación, desabastecimiento, remarque de precios, peleas entre políticos, empresarios, etc, etc, etc. Cómo no perderse en el camino, si es más barato y rápido consumir lo “ilegal” que una canasta familiar.

Siempre vi la vida como un juego, cada uno de nosotros no es más que una ficha. Como todo juego tiene reglas, pero es más fácil ganar si rompés esas reglas, y con trampas podés dominar el juego. Mientras más separadas están las fichas más débiles son, y así las derribas más fácil si no sirven en tu juego, o las tomás para tu conveniencia.

La vida es eso, quienes pueden juegan con trampa, hacen más débiles a los pequeños, lo entretienen con modas superfluas, con artículos sin necesidad, los vuelven consumistas. Los dividen en sectores, en clases, en ricos y pobres.

Para no ver esto, hay que ser adulto, y un solo culpable, los adultos. Son ellos los pilares de la sociedad, y esta base está podrida. Y si la base está podrida, o es insegura, si no sabe lo que quiere, lo demás se viene abajo, se cae, ya no es más una sociedad porque todo se derrumbó.

Entonces surge una pregunta que si alguno la sabe, necesito que me la responda, pero simplemente, sin ambigüedades, sin explicaciones raras. ¿Para que seguir apostando si de todas formas perdés?


Eva Bibiana
Lomas de Zamora
Argentina
29 de agosto de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

Mi voto no es positivo...


Una N y una Y...

Una N y una Y superpuestas bordaban el frente de su gorrita. Su cabeza giraba hacia la ventana y hacia la cara de sus compañeros de viaje. Su cuerpo inquieto jugueteaba con los otros dos chicos, entre los tres no sumarían treinta años. Sus gritos, de niños, llenaban el aire denso del vagón. Como mi Sebastián, pensó el vendedor de alicates cuando los vio sentados en el descanso inmediato a la puerta que comunica con el otro vagón. Verlos, le causó primero una espontánea sonrisa paternal. Luego su gesto se tornó azorado. Fue cuando vio que la manita de uno de ellos revolvía el fondo de una lata de poxirán, mientras el de la gorrita aspiraba y exhalaba por la boca una bolsita de polietileno. Los otros dos se peleaban por la lata como si lo hicieran por un chupetín apetitoso.

“Se van a estropear”, llegó a decirles el vendedor antes de seguir rumbo al otro pasillo. Sólo obtuvo una mirada de asombro por parte de los pibes.

Mientras tanto, a escasos cinco metros, una madre miraba disimuladamente la situación, mientras jugaba con su hijo de unos siete años en un asiento de dos. La situación la inquietaba, mientras miraba a su inquieto crío, regalándole una sonrisa fingida. Todo volvió a la normalidad cuando los tres chicos bajaron en la Estación Flores, dejando en el andén su niñez.

Era allá por octubre de 1999: las campañas políticas se agitaban, los candidatos se apasionaban frente a un público desapasionado. Los discursos se encendían. Renacían esperanzas adormecidas.

Una administración se iba, entre denuncias de corrupción y confirmaciones de plan económico. Esto sí que no se discute, se puede y se debe criticar el accionar de los funcionarios cuestionados pero, Señores El Plan no se toca. Se harán retoques, se humanizará , pero la convertibilidad es intocable. Es un patrimonio nacional.

Mi voto no es positivo...

Tengo 46 años, pasé gran parte de mi juventud entre sirenas y razzias, entre goles de Kempes y soberanías alcohólicas. Sí, me tocó la secundaria- la época más fogosa- en el Proceso, jugando a las escondidas entre botas; pero también recuerdo que antes de eso, cuando era chico (como los del tren) había un proyecto de país.

Recuerdo que la política era una pasión excitante. Se creía que se podían cambiar realidades, algunos creían que podían cambiar el mundo. Un mundo más justo, un mundo más solidario. La militancia política se ponía al servicio de los ideales, de las utopías. Los políticos populares competían, no por mostrar quien era el más obediente o el menos peligroso, sino el más revolucionario. Equivocado o no el militante sentía que era un orgullo ser parte de un proyecto para la nación. Ser político era un honor. El ideal era lo bello y no el dinero. El idealista era admirado y no considerado un imbécil como hoy día.

Pareció renacer la primavera, allá por 1983. Aires nuevos, desilusión, bronca. Felices Pascuas. ¿Y la democracia qué? Pragmatismo, desprecio, arrogancia, monopolios, políticos esponsoreados, corrupción, la ideología del noticiero, hiperinflación, convertibilidad y poxirán. Mucho poxirán...

Es sorprendente, hasta la risa, como algunos diputados y senadores se tratan de desentender de todo esto, más teniendo en cuenta la situación que vivimos por diciembre de 2001.

Pareciera que ellos hubieran estado en una colonia en Tahití mientras todo esto ocurría, disfrutando de la naturaleza y elucubrando políticas. Bueno, más de uno por ahí estaban...

Entonces, mis queridos compañeros de cadalso, es hora de decirles claramente que la política no es para ellos, ni para ninguno que no quiera cambiar la realidad de los tantos que se han quedado afuera de todo. Que se hagan hombres de negocio, que acepten sus reglas, pero que no engañen más: o responden a los intereses del pueblo o a los de la oligarquía.

Que la política sea para los cojonudos, los honestos y los idealistas. No para los traidores y los corruptos, funcionales a los intereses concentrados.

En alguna esquina, en un vagón o en alguna estación alguien lo necesita.

Fernando G. Triviño
Villa Luro, 19 de agosto de 2008
Argentina

LA RAZÓN NO DA DERECHOS...

Por Daniel Pardl


“La razón no da derechos...” Esto quiere decir que aunque uno sienta que tiene razón en tal o cual afirmación o hecho, el derecho debe demostrarlo o más precisamente ganárselo, y hoy por hoy, ese derecho parece debatirse en los medios de comunicación masivos, y m
ás cuando se tratan hechos políticos o de interés general.

“La razón no da derechos…” Pensémosla, analicémosla. Esa frase resume, a mi criterio, que hoy por hoy las batallas políticas se dirimen en el campo de la comunicación más allá de quien tenga razón en la cuestión de fondo.

Está aseveración quedó totalmente evidenciada en los últimos acontecimientos que mantuvieran en vilo a la Argentina.

El rol que desempeñaron los medios de comunicación masivos, fue determinante a la hora de crear una corriente de opinión que fuera volcándose a favor de la posición de los productores agropecuarios. Por supuesto, con la intencionalidad manifiesta de esos medios que, a pesar de decirse independientes, eran groseramente parciales a la hora de emitir opinión o de mostrar las imágenes.

Para muestra basta un botón: Durante el último acto que convocaron las entidades rurales, por un lado, y la convocada por el justicialismo, por el otro, se mostraba, en el realizado en Palermo una vista aérea, para vislumbrar una multitudinaria participación, mientras que cuando se emitían imágenes del acto de Congreso se lo hacía desde la plaza tomando imágenes individuales o a la pesca de algún lumpen o de un “servicio” que no tenga problemas en decir lo que se le ocurra frente a un micrófono, mientras lo ve la familia o sus compañeros de “inteligencia”.

Hubo un hecho notorio para los que seguimos el debate en el Congreso: cuando el legislador que argumentaba era favorable al campo, tenía micrófono e imagen abierta, mientras que cuando se argumentaba a favor de las retenciones aparecían opinólogos o comentaristas en “off” dejando simplemente la imagen de fondo del legislador sin poder escuchar el televidente el argumento.

Para rematar, la imagen digna de un melodrama del vicepresidente Cobos, que sabía que estaba en el centro de la mirada de millones de argentinos, y que luego fuera mostrada hasta el cansancio por los medios. Un hombre atormentado por tener que tomar una decisión, tironeado por un lado por sus convicciones de clase y por el otro por la responsabilidad que había asumido ante sus votantes, mostrándose a los dos días totalmente exultante y abrazado al toro presidencial.

El diario Clarín en su edición posterior a la votación en el Senado con títulos catástrofe afirmaba una crisis política en el seno del gobierno. En la edición matutina expresaba: “El campo ganó en la calle pero la ley saldría igual”. Los hechos y las decisiones tomadas por el ejecutivo demostraron la finalidad seguida por ese titulo, que no se dio tal cual ellos querían.

Pero no importa, los jueces mediáticos no pueden ser juzgados.

Comentario a parte merece la televisora estatal, que vaya a saber uno que papel jugaba, porque cuando se quería buscar información que, aunque no objetiva, no nos quisiera vender un buzón tan burdamente, se debía recurrir a los canales de cable “independientes”, porque el canal abierto del Estado estaba ausente. La gente en las calles, la pantalla de canal 7 en la NBA...

Que sirva de aprendizaje: La razón no ganó y la mayoría se vio afectada en sus derechos...

Lomas de Zamora, 2 de agosto de 2008

ESCALONES de Hermann Hesse

Escalones


Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad,

así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;

a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud,

mas no les es dado durar eternamente.

Es menester que el corazón, a cada llamamiento,

esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,

esté dispuesto a darse, animoso y sin duelos,

a nuevas y distintas ataduras.

En el fondo de cada comienzo hay un hechizo

que nos protege y nos ayuda a vivir.


Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,

atravesar espacio tras espacio

sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;

el espíritu universal no quiere encadenarnos:

quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos

escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad

en un morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer:

sólo quien está pronto a partir y peregrinar

podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.


Aun la hora de la muerte acaso nos coloque

frente a nuevos espacios que debamos andar:

las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...

¡Ea, pues, corazón arriba! ¡Despídete estás curado!

PARA REÍRSE UN POCO: FRASES DE WOODY....

Sus citas

1. No me da miedo morir, pero me gustaría no estar presente cuando ocurra.

2. El sexo únicamente es sucio si se hace bien.

3. Mis padres no solían pegarme; lo hicieron una sola vez. Empezaron en febrero de 1940 y terminaron en mayo del 43.

4. Hay dos tipos de personas: los buenos y los malos. Los buenos duermen bien, pero los malos parece que se lo pasan mejor cuando están despiertos.

5. La diferencia entre la muerte y el sexo es que la muerte es algo que puede hacer uno solo y sin que nadie se ría después de ti.

6. El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones económicas.

7. Yo fui expulsado del colegio pro copiar en el examen de metafísica; miré en el alma del muchacho que se sentaba a mi lado.

8. Hoy soy una estrella. ¿Qué seré mañana?, ¿Un agujero negro?

9. Odio la realidad, aunque es el único lugar donde podemos conseguir un filete para cenar.

10. Cuando crecí, no me aceptaron en el ejército porque fui declarado inutilísimo y en caso de guerra sólo podría ser prisionero.

11. El sexo sin amor es una experiencia vacía; pero como experiencia vacía es una de las mejores.

12. Te quiero contar una historia tremenda acerca de la anticoncepción oral: le dije a esa chica si quería hacer el amor conmigo y me dijo que no.

13. En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire.

14. No sólo de pan vive el hombre. De vez en cuando también necesita un trago.

15. La muerte de Freud, según Ernest Jones, fue el incidente que causó la ruptura definitiva entre Hemholtz y Freud, prueba de ello es que en muy contadas ocasiones volvieron a dirigirse la palabra.

16. La única manera de ser feliz es que te guste sufrir.


17. Prefiero que me incineren a que me sepulten, y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer.

18. Lo que más odio es que pidan perdón antes de pisarme.

19. En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones.

20. La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.

Las citas de sus personajes

1. Trabajo como psiquiatra. Actualmente estoy tratando a dos parejas de hermanos siameses que sufren de doble personalidad. Me pagan ocho personas. (Zelig)

2. Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia (Misterioso asesinato en Manhattan)

3. Tu usas el sexo para expresar cualquier emoción menos amor (Maridos y mujeres)

4. La CIA no se la juega. Parte de sus hombres luchan con el presidente y otros luchan contra él (Bananas).

5. Acabo de conocer a un hombre maravilloso; es de ficción, pero no se puede tener todo (La rosa púrpura de El Cairo).

6. Nunca debes matar a un hombre; sobre todo si eso significa quitarle la vida (La última noche de Boris Grushenko)

7. La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la estatua de la Libertad (Delitos y faltas).

8. No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino simplemente no muriendo (La última noche de Boris Grushenko).

9. Mi cerebro es mi segundo órgano favorito (El dormilón).

10. No te metas con la masturbación. Es hacer el amor con la persona que más quiero (Annie Hall).

11. Yo sufría de incontinencia cuando era pequeño, y como solía dormir con una manta eléctrica, estaba continuamente electrocutándome (Bananas).

12. Me divorcié de mi mujer porque me dejó por otra mujer (Manhattan).

13. Él era tan duro y romántico como la ciudad que amaba. Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el vibrante poder sexual de un jaguar. Nueva York era su ciudad y siempre lo sería (Manhattan).

14. El sexo es lo más divertido que he hecho sin sonreír (Annie Hall).

15. Para ti soy ateo. Para Dios, soy la fiel oposición (Recuerdos)

16. El hombre consta de mente y cuerpo, pero el cuerpo es el único que se divierte (La última noche de Boris Grushenko).

17. En Beverly Hills no tiran la basura, la convierten en televisión (Annie Hall).

18. Mi psicoanalista me advirtió que no saliera contigo, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista (Manhattan).

19. No creo en las relaciones extramatrimoniales. La gente debería aparearse para siempre, como las palomas o los católicos (Manhattan).

20. Yo no quiero casarme, sólo quiero divorciarme (La última noche de Boris Grushenko).

domingo, 10 de agosto de 2008

DIA DEL NIÑO



“En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido,
no existe amor verdadero en este mundo.”

Isadora Duncan


Un determinado domingo de agosto, ya no recuerdo cual: si el primero, el segundo o el tercero. Todo depende de la época en que haya plata en mano de la gente.

Ése es el día del niño, una especie de tornado en las zonas de las jugueterías. Algunos corazones infantiles latiendo ansiosos a la espera de sus regalos, otros lamentablemente más acostumbrados a los regalos y menos expectantes.

Tendrán suerte todos los que reciban amor de sus familias que, aunque con escasos recursos, les brinden el afecto y la atención que necesitan.

Pero hay chicos, muchos chicos para los cuales no existe el Día del Niño...

Es muy difícil hacernos los distraídos cuando vemos la situación de pibes que no tienen amparo, ni derecho a la infancia, y mucho menos a un juguete. La vemos en los cruces de calles, en las plazas, en las terminales, en los trenes. La realidad nos sigue adonde vayamos.

También es muy difícil asumir que este presente con excluidos lo construimos entre todos. Estará hoy en nosotros la decisión de qué tipo de sociedad queremos para mañana, no para dentro de diez años. Justamente, una comunidad con inclusión social también la construimos entre todos.

Empecemos, al menos, por resistirnos a aceptar que es algo que no se puede cambiar. Sí, es difícil, pero en la dificultad se forjan los grandes hombres, las grandes mujeres.

Empecemos con nuestros hijos, con nuestro ejemplo, tratando de no perder ni hacerlos perder la capacidad de asombro, de creación, de disfrute. No les ocultemos la realidad si no, ésta aflora por donde uno menos la espera. No los hagamos ignorantes de ella, tal vez sembremos semillas del cambio que nosotros aún no pudimos hacer.

Defendámoslos de la propuesta de consumo compulsivo, de la cultura de lo pasajero. Ningún hombre podrá ser pleno si no aprende de niño a disfrutar de las cosas simples y de los momentos, priorizando el presente sobre la ansiedad de un mañana publicitario.

Que vuelva el nostálgico recuerdo de la infancia, cuando esperábamos con sana ansiedad nuestros regalos por el día del niño o por las fiestas. Que esta posibilidad que tenemos hoy de brindarle algo similar a nuestros hijos, nos sirva para reflexionar serenamente sobre la obligación con todos los niños para que puedan crecer con felicidad, con contención, en una comunidad que se comprometa y quiera realizarse como tal.

No nos olvidemos de abrazar a nuestros hijos todas las veces que podamos.

Fernando Triviño
Villa Luro, 10 de agosto de 2008
Argentina


“El país que olvida a sus niños renuncia a su porvenir”...

Evita


lunes, 4 de agosto de 2008

LA PATRIA NO CONSTITUIDA (Segunda Parte)

Hablando con algunos compañeros en charlas de café acerca del tema que nos convoca, esto es, “La Patria no Constituida”, y lo que escribí hace un par de meses –publicado más abajo-, asimilé las críticas correspondientes y nuevamente retomo el tema.

Lo que me obligó a retomarlo fue algo que dijo un compañero, y que tiene que ver con la voluntad, sobre la que no me explayé anteriormente.

“Para que haya patria, tiene que haber voluntad” me dijo. Y es así nomás, y agrego ahora: tiene que haber un concepto de nación bien definido. Porque si no, qué beneficio tendría para los formoseños, o para los jujeños o salteños ser parte de la Nación Argentina, si culturalmente unos están más ligados a la comunidad guariní y otros a la quechua. Los arbitrarios límites geográficos podrían haber determinado que fueran paraguayos o bolivianos o chilenos. Sin lugar a dudas existió el deseo de integrar comunidades heterogéneas en base a intereses comunes, necesidades, persiguiendo seguramente bienestar, paz, progreso, etc. , en ese continente de proyectos y perspectivas que denominamos nación.

Concluyo: debe existir la voluntad de formar una nación, debe haber una manifestación previa de la voluntad para engendrar esa nación.

Esa manifestación previa de la voluntad estaría dada, por el aporte que realizamos cada uno de nosotros, comenzando por generar un camino de diálogo abierto y sincero donde cada sector, cada parte, cada individualidad aporte lo que tiene desde su propia situación y experiencia. Aprender a escucharnos será ya un proceso de cambio, un proceso revolucionario si se quiere. Si no, no aprovecharemos las oportunidades que nos da esta etapa de transición que nos toca vivir.

Esa manifestación de la voluntad para engendrar Patria, debe estar vaciada de todo elemento especulativo, porque nada concreto, nada grande se puede construir desde la especulación. Debe contener sí el elemento racional, pero también debe estar guiada por lo pasional, por el amor , por los sentimientos, por la lucha de generaciones.

Aprender a escucharnos despojados de toda racionalidad especulativa, es un paso necesario para una sincera exteriorización de la voluntad de formar parte de algo grande, de formar una sociedad, de formar un pueblo, de formar una nación, de formar, en definitiva, una Patria. Y, si es mucho los que nos une: cuanto más grande mejor.

Nietszche sostenía que la voluntad libre, no es otra cosa que la libertad de pensamiento, y que esa libertad de pensamiento tiene limitaciones, y que esas limitaciones están determinadas por el horizonte hasta donde se extienden las ideas. Es decir, transmutándolo al tema que nos convoca, hasta donde queremos ir, hasta donde estamos dispuestos a ceder nuestra voluntad individual en pos de la voluntad común. Hasta donde estamos dispuestos a dejar de mirarnos nuestros ombligos y ampliar el horizonte de nuestras ideas para poder ver el todo, para poder ver el conjunto, para poder sentir y pensar como conjunto.

Ver, sentir y pensar como conjunto no es concentrarnos en la 9 de Julio a festejar un campeonato de fútbol, eso, si se me permite, es puro exitismo.

Ver, sentir y pensar como conjunto es que un anciano, un niño, una familia, de Jujuy, de La Rioja, de Entre Ríos, de Tierra del Fuego, no se sientan solos, que sientan que forman parte de algo común, y no hablo desde el punto de vista material, sino, simplemente desde el punto de vista humano, que sientan que forman parte de un proyecto, que los incluye y no que los deja afuera.

Hoy por hoy, eso…
¡Eso no existe!

David Ramela
Burzaco, 1 de agosto de 2008
Argentina

miércoles, 9 de julio de 2008

EFEMÉRIDES

Hay momentos en la vida de un país en los que determinados hechos históricos cobran un valor que, tal vez por décadas, parecían inapreciables. O simplemente fueron víctimas de esa curiosa ilusión y, hasta a veces manía argentina, de actuar como si no hubieran acontecido.

Desde marzo de este año vivimos en Argentina situaciones políticas que por momentos remiten a la idea de crisis democrática. Como todos sabemos ya que se repite hasta el cansancio, se trata de una oportunidad para el cambio.

Justo en estos últimos meses se conmemoraron acontecimientos de nuestro pasado que cobraron un significante muy particular. Ya que del acontecer entre el nacimiento y la muerte se trata la vida, un país no escapa a esa regla biológica pero en un contexto social y político más complejo.

Durante el transcurso del conflicto con el sector agrario representado por la “Mesa de enlace que no enlazó”, acontecieron aniversarios que bien podrían haber llamado a la reflexión de todos. Sí, de todos los argentinos.

El 24 de marzo y su rémora de homicidio y despojo; el 2 de abril, mezcla de dolor, resaca alcohólica y dignidad de una nación que no termina de ser; el 1º de mayo, la jornada que en Argentina alguna vez se transformara en celebración a los derechos conquistados por sus trabajadores; el 25 de mayo cuando parecía asomar el sol en estas tierras del Sur; el 16 de junio, de la impunidad y la barbarie de bombardear la ciudad de Buenos Aires y a sus habitantes para derrocar un gobierno constitucional y matar al presidente; el 20 de junio y el recuerdo de un hombre que dio absolutamente todo lo que tenía por la patria; un 1º de julio, en el que muriera quien instaurara un Estado de Justicia Social que tuviera vigencia por tanto tiempo a pesar de las veces que intentaron destruir ese Estado, y que no lo lograran hasta que apareciera la cuña más filosa del mismo palo y finalmente un 9 de julio, nuestra independencia, la voluntad de muchos hombres de vivir en libertad y soberanamente. No duraron mucho los festejos, pronto la Argentina estaría enfrascada en una guerra civil motivada por la lucha de intereses entre los terratenientes criollos, los caudillos del interior, el control de la Aduana, dejando de lado por largos años el sueño de San Martín, Bolívar y Belgrano, de una patria grande y para todos.

Parece mentira que un país con una historia tan rica en acontecimientos, muchísimas veces dolorosos, trate de tropezar veinte veces con la misma piedra. Que no se entienda que el odio genera más odio, que aún existan aquellos que lo único que los conmueve es su interés personal o corporativo, tanta indiferencia a los niños que aún se mueren de hambre, los que no pueden alegrarse por aquellos que pudieron mejorar en estos últimos años su nivel de vida, saliendo en muchos casos de un abismo sin final a la vista. Que

Y los conocemos, siempre fueron iguales. No son afectos a pagar sus impuestos, ni buenos sueldos, ni siquiera a inscribir sus trabajadores. No son afectos a gobiernos populares y muchas veces no lo fueron a la democracia. Mucha gente movilizada molesta.

Luego de sosegadas las alertas vocingleras de “sovietización” de la Argentina, es hora que tengamos un poco de madurez, de templanza. No significa deshacerse de toda mirada crítica hacia el gobierno, pero sí demos un paso adelante en nuestra formación y en nuestra lastimadas dignidad e independencia de criterio, teniendo una mirada crítica ante ciertos comunicadores y formadores de opinión sponsoreados casualmente por los mismos que defienden.

Muchos aniversarios se conmemoraron en este último tiempo, algunos revisten gloria y ejemplo, pero otros tuvieron que ver con la manipulación de la opinión pública, de la masa sin proyecto, del sometimiento. La verdad no es una sola pero acreedora de la realidad, nos pide esfuerzos como integrantes de una misma comunidad para que salgamos todos, porque ninguna comunidad puede desarrollarse mirando a la distancia a sus propias víctimas, los rezagados, los desposeídos. Aunque suene utópico tiene que ser posible.

Fernando Triviño
Villa Luro, 9 de julio de 2008
Argentina

miércoles, 11 de junio de 2008

LA PATRIA NO CONSTITUÍDA


Todos los días cuando llego de mi trabajo y después de tomar unos mates y descansar, salimos a caminar con mi nietito de un año y medio, ayer no fue la excepción.

Mientras lo veía correr por la irregulares veredas de la Av. Monteverde y detenerse de pronto a observar una flor o un perro que ladra desesperado detrás de una reja, reflexionaba acerca de este absurdo país que le estamos dejando, producto de una absurda sociedad. Porque la verdad que somos una sociedad absurda. Entonces la pregunta surge naturalmente ¿somos una sociedad?

Sociedad proviene del latín societat y significa la unión de dos o más personas para el logro de objetivos comunes aportando cada uno una parte.

Los argentinos si tenemos una habilidad que nos caracteriza, es la de no saber aprovechar los momentos históricos favorables que se nos suelen presentar.

Somos así desde nuestro mismo nacimiento como nación. En ese momento histórico nos dividimos en saavedristas y morenistas. ¡que boludos! ¿Acaso ambos no eran necesarios para la revolución? Unos tenían las ideas y otros los fierros. Unos aportaban un proyecto de país y otros las armas necesarias para defender ese proyecto del enemigo externo. Pero no. No lo supimos entender, y nos terminamos peleando entre nosotros, entonces Saavedra muere olvidado, al igual que Moreno lo hace camino al “exilio”.

Luego nos dividimos en unitarios y federales, donde algunos unitarios se vuelven federales y algunos federales se vuelven unitarios. Jamás pensar en trabajar unidos para el beneficio común y el engrandecimiento de la Patria. Hacemos alianzas con los enemigos externos para derrocar al enemigo interno. ¿Cuál es el verdadero enemigo?

Así unidos juramos una Constitución basadas en pactos preexistentes. Constitución, de constituidos, de unidos. Jamás respetamos los pactos preexistentes. Unos van por un lado y otros hacia otro, jamás unificados tras los mismos objetivos. Intereses distintos tal vez. Entonces ¿somos o no somos argentinos? Absurda “sociedad” la nuestra, en lugar de caminar todos juntos hacia el mismo objetivo tiramos de bueyes distintos.

La historia continua de la misma manera, aparece un Yrigoyen, un Perón y no lo sabemos comprender, nos dividimos en personalistas y antipersonalistas, en peronistas y antiperonistas, ¡sociedad de mierda la nuestra! Hasta nos damos el lujo de bombardear Buenos Aires por segunda vez. No nos olvidemos que la primera vez fueron los ingleses. Así, de esa manera, llegamos a un momento de nuestra historia, donde dábamos vuelta la cara, mientras a nuestro lado iban desapareciendo vecinos, conocidos, en fin seres humanos comunes y corrientes. “Algo habrán hecho”...

Y llegamos hasta nuestros días, sin lograr habernos constituido ni como sociedad, ni como nación. Sino, no estaríamos derramando leche mientras hay niños desnutridos; no estaríamos discutiendo si hay que repartir o no la riqueza, mientras en el seno de esta sociedad un anciano se muere de frío en Burzaco porque no tiene donde cobijarse. ¡Sociedad de mierda la nuestra!

Mientras yo reflexiono sobre esta absurda sociedad nuestra, mi nieto juega y corretea por la plaza, ajeno a toda especulación maliciosa de los “adultos”. Como el frío comienza a hacerse sentir, lo tomo de la mano y comenzamos a caminar de regreso. Se me suelta y en su idioma me hace entender que lo espere, corre hacia un arbusto, y algo le dice a la planta, como si le estuviera pidiendo perdón por lo que iba a hacer. Corta una ramita y la deposita a los pies de la imagen de la Virgen María que se encuentra en la plaza, arrojándole un beso y despidiéndose con su manita.

David Ramela
Burzaco, 9 de junio de 2008
Argentina